lunes, 20 de junio de 2016

Día 29. Paprica. Lugo.



Buenos días familia, seguimos con otro de los restaurantes de la semana de solteros que nos pegamos por el norte hace un par de meses.

Hoy nos desplazamos hasta Lugo, ciudad natal de la madrina de mi hijo mayor. Con Ana y Oscar nos iríamos al fin del mundo si nos lo pidieran, pero por ahora nos conformamos con que nos lleven a comer cada día a un sitio nuevo.

El domingo después de la boda de Chaves, habíamos quedado para comer con ellos en Lugo y pasar todo el domingo allí. Confiando en ellos como siempre hacemos, fuimos a comer al Restaurante Paprica. Alvaro Villasante abre en 2007 su restaurante en la calle Noreas, N 10. Tras haber pasado por varias de las mejores cocinas del país y del extranjero, Alvaro regresa a su tierra a darlo todo entre fogones. Así nace un proyecto que se basa en el producto de temporada, como la gran mayoría de restaurantes, su carta es totalmente itinerante, cambia con la temporada y el producto de cada época del año.

Tienen varias opciones, carta, menú degustación y dos menús express, uno largo y otro corto. En lugo hay una gran cultura de vinos y tapas y Paprica posee una barra para ese menester.  

Pasemos al menú, tras darle varias vueltas a la carta nos dejamos aconsejar y pedimos el menú degustación, muy completo y del agrado de todos.

Tras un poco de espera, algo que me molesta enormemente, nos traen el pan, cuando ya nos habíamos tomado media botella de vino. El resto del servicio tiene un ritmo correcto.

Empezamos con el aperitivo del día. Espuma de mango con micuit. Un tanto acido para mis gusto, al resto de comensales les agrado mas que a mí.

Tataki de ternera gallega con chimichurri y frutos secos. Productazo, la carne levemente marcada y con el chimichurri clásico que se usa para todos los churrascos, todo un platazo la verdad, de los mejor de la comida a mi modo de ver.

Vieira y algas. Vieira gallega, jugosa y sabrosa, de un tamaño mas que considerable, la algas acompañaban perfectamente al marisco. Cada día se usan mas en la cocina moderna, hay una gran variedad.

Merluza de pincho con emulsión de alubias. El pescado del norte suele ser la caña, cocinado a baja temperatura ya sabéis como queda, espectacular. La emulsión de alubias venia de un caldo gallego, con patata, berza y las susodichas alubias blancas. Plato redondo y muy completo.

Lomo bajo de vaca. Sublime, la carne gallega conocida en el mundo entero por su calidad, nuca falta en la carta de ningún restaurante gallego. La patata que le acompañaba iba enrollada con bacon y queso.

Para acompañar el menú, Óscar se decidió por este Ribera de Duero. No lo conocíamos y la verdad nos gustó mucho. Me lo anoto. 

Pedimos unos quesos mientras esperábamos a que llegase el postre. Ana y Oscar aman los quesos sobre todas las cosas.

Torrija y helado de choco-café. El briox un pelín seco para mi gusto, el helado simplemente celestial, combinación y equilibrio perfecto entre chocolate blanco y café.

Ese domingo no pudimos tomar ni café ni espirituosos, el tiempo era oro, teníamos las entradas para ver al Breogan de basket que jugaba su partido de play off de ascenso a la liga ACB.

Resumiendo, menos esa espera inicial de mas de 15 minutos, todo fue rodado. Buen producto bien tratado es sinónimo de éxito. Sin complicarse mucho en elaboraciones difíciles, sacan grandes platos  que se disfrutan en un ambiente tranquilo. Un gran restaurante para el exigente clientela que hay en Lugo.

Sin mas me despido no sin enviaros antes un fuerte abrazo e invitaros a ver mi entrada de la semana que viene.Taluegooooooo









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