Desde mi regreso de vacaciones, hace ya muucho tiempo, he ido en varias ocasiones a comer a La Traviesa, situado un poco al margen de la zona donde se concentra todo el meollo de restaurantes y zona de copas, pegado a la sala Travesura y a tiro de piedra de Casablanca.
El restaurante en si, con aparcamiento a la entrada, tiene una sala de tamaño medio y una terraza espaciosa en la parte trasera, con zona infantil, algo muy interesante si vas acompañado de niños, como suele ser nuestro caso.
La decoración es moderna y tiene toques antiguos como la zona de los baños y el porcelánico que había originariamente en la vivienda, muy chulo la verdad.
Detalle de nuestra mesa, nos ofrecían comer en la terraza o dentro, teniendo ambas mesas montadas, como el día estaba fresco y ante la queja del sector femenino decidimos comer dentro.
La carta de vinos, aun siendo mas bien reducida, tiene una muestra de todas las DOs importantes y también lo que yo denomino vinos "raros".
Nosotros nos decidimos por este de la zona de Monterrei, godello y treixadura, muy acertado y acorde con los platos que elegimos.
Pasamos al menu, como he dicho antes, todo a compartir, en esta ocasión creo que nos hubiera sobrado algún plato, casi salimos rodando.
Croquetas de pollo con ras el hanout, como casi siempre cuando una especia es de las que me gustan hecho en falta que vaya el plato un poco mas cargado, aun así muy muy buenas, de hecho se las voy a copiar para hacer en casa y así salimos un poco de las clásicas.
Lasaña de calabaza y espinacas, como soy de no anotar los platos y hacerlo todo en casa de cabeza, siento no saber de que era la salsa.
Revuelto de manitas, siento la mala foto y pésima calidad, el plato estaba rico rico como dice el cocinero de la tele.
Secreto con parmentier de patata, la carne en su punto, producto de primerísima calidad, las chicas empezaban a preguntar cuantos platos quedaban? jajaja
Suelen tener fuera de carta o como sugerencia un arroz, que siempre pedimos, este eran meloso de alcachofa, langostino y sepia, como aficionado a los arroces que soy, tanto de comerlos como de preparados en casa puedo decir que estaba casi perfecto, para mi al grano le sobraba un minuto o dos pero eso ya va en gustos.
Pasando ya a los postres, que pedimos por pura gula, los chicos nos decantamos por este de limón, fresco y digestivo.
Las chicas optaron por esta tarta de chocolate, empalagosa para mi gusto que no soy nada goloso, no quedo nada, buena señal.
Como todo restaurante que se precie en la provincia, si preguntas "haces carajillo?" y la respuesta es "claro" lo pedimos de cabeza, de los mejores que he tomado en estos años que llevamos aquí, se convertirá en un habitual cada vez que vayamos.
Ahora viene mi resumen habitual, restaurante chulo, con aparcamiento a la puerta, zona infantil, ambiente relajado y comida magnifica, carta para todos los gustos que se renueva a menudo, zona de terraza para tomar la caña previa o comer si el tiempo lo permite, el personal es muy atento, jóvenes y cercanos, buenos postres y ya con este peazo carajillo que nos prepararon apaga y vámonos , en 3 meses hemos ido otras tantas veces, por algo será, a mi no me gusta casarme con nadie, si algo me gusta voy, lo recomiendo y si siguen al mismo nivel repito una y otra vez, que bajan el nivel?? a otra cosa mariposa.