Hola, que tal? tengo esto muy abandonado, no tengo perdón de dios, pero hoy os traemos algo muy interesante, esperamos que os guste tanto como a nosotros!!
Hace ya unos meses navegando por la redes sociales, encontramos un nuevo restaurante en Alcocebre, un pueblo costero al norte de la provincia de Castellón, que capitaneado por una joven pareja de chefs iba a dar mucho que hablar en toda la provincia. Ese restaurante es Atalaya y sus capitanes son Alejandra y Emanuel.
Alejandra, tras pasar por las cocinas de Sergi Arola o Pepe Solla, conoce a Emanuel en las cocinas de Berasategui. Emanuel, un joven argentino de Buenos Aires, coincidió en varios de los restaurantes en los que Alejandra había estado, ademas de Ramon Freixa o Via Veneto.
En 2014 se embarcan montando su propio restaurante, con capacidad en sala para unos 40 comensales, disponen también de una bonita terraza exterior donde cenar en un ambiente mas informal.
Su cocina es vanguardista, con bastante fusión y platos de cocina internacional, se basa en el producto de cercanía o producto Km0 como nos gusta decir últimamente. Sabores profundos y con muchos detalles que hacen que el resultado final sea realmente sorprendente, que al fin y al cabo es lo que nosotros buscamos cuando vamos a un restaurante a comer, que sea bonito, que esté rico y por supuesto que nos sorprenda, la cocina ya no es lo que era antaño, comer para alimentarse, ahora es arte, arte comestible y en esto Alejandra y Emanuel tienen mucho que decir.
Vamos a lo que realmente importa, vamos a la mesa. Cuando llegamos al restaurante, situado en la Calle del Camino L'Atall 1A, nos ofrecen varias opciones, carta, menú degustación tradición (5 platos) o el menú descubrimiento (10 platos) por cual crees que nos decantamos???? pues eso, el largo jajajaja
Hay que destacar su carta de vinos, muy completa, tanto con vinos españoles de todas las zonas como vinos alemanes, franceses o americanos.
Llegan los snacks. De arriba abajo y de izquierda a derecha, airaba de tinta de calamar relleno de guiso de sepia, tortilla de camarones con mahonesa de jalapeño, trampantojo de oliva negra (queso) buenísimo para mi el mejor de los 5, rollito de primavera, y esferas liquidas de aceituna verde. Una pequeña muestra de todo lo que nos espera en el resto del menú, técnica, delicadeza y sabor.
Mejillón con pepino y aguachile verde. Plato mexicano por excelencia, típico de la costa del pacifico. Muy fresco y un tanto suave para mi gusto.
Seguimos con esta sepia en dos texturas, sobre torrija de tinta y allioli de perejil. Este platazo es de los pocos que mantiene de nuestra anterior visita y la verdad que lo agradecemos porque nos encanta. Se come con la mano y prácticamente de un bocado, puro sabor a mar, para disfrutarlo.
Su versión de la ensalada cesar, ellos lo llaman Ave Cesar! A primera vista notamos el olor a albahaca, que después en boca no se aprecia, debajo hay un licuado de hojas y verduras, cogollos, espinacas, con 3 dados de pollo y encima una tortilla crujiente, con un poco de queso y unas hojitas de albahaca, el plato que mas nos sorprendió de toda la cena, una verdadera pena cuando se acaba....
Toca el turno de la remolacha en texturas con caballa, otro plato que se mantiene, a mi me agrada bastante aun no siendo amante de la remolacha. Nuestra amiga Rosi no tolera la remolacha y al pedir este menú se lo comentamos, amablemente nos dijeron que no había problema que lo sustituirían por otro plato y cual fue nuestra sorpresa??? le traen los langostinos hay con curry casero, pan de gambas y polvo de algas, me quede a cuadros y con unos ojos de envidia.... la próxima vez que volvamos pediremos platos de la carta solo por volver a probar esa maravilla de curry!!
Pasamos a los platos fuertes. Esta fajita de cerdo agridulce que no era tal, ya que iba montada sobre un crepe, la carne de cerdo sin mas, las salsas si estaban buenas, pero para mi gusto a la carne le faltaba maceración o tiempo de guiso o algo. El plato en conjunto estaba rico pero mas gracias a las gotas de salsa que a la carne en si, que bajo mi opinión perdía un poco de protagonismo.
Llega el turno de la carne. Un trozo de entrecot de vaca gallega, mole rojo y terrina de patata. Punto de la carne perfecto, carne de calidad y el mole me recordó muy mucho al que hacía poco mas de un mes habíamos comido en nuestro viaje a Mexico, buen plato.
El prepostre, como no cabía esperar de otra forma, mango en ceviche dulce, maracuyá y jengibre. Fresco, acido y muy digestivo, todo un detalle después de un menú mas que contundente, porque aunque sea un degustación y las cantidades puedan parecer justas o escasa no lo son, de ser mayores los platos, no se podría disfrutar de los postres como se merecen y seria una verdadera pena.
Como suele pasar en la mayoría de restaurantes que se precien de cuidar al comensal, con los cafés llegan los petit fours. Chocomuesli, alfajores, trufas y unos dados de melón
En resumen, Atalaya, Alejandra y Emanuel están dando ya mucho que hablar en toda la provincia, gracias a su buen hacer, a sus ganas y sobre todo al cuidado que ofrecen al comensal desde el momento en que cruzas su puerta, si a todo esto le sumamos su apuesta por el mejor producto de la zona y la técnica e ingenio que atesoran el resultado final no es otro, que el de llevar a sus clientes a un disfrute máximo con todos y cada uno de los detalles que van ofreciendo plato a plato. Hace poco mas de 3 meses de nuestra primera visita y en tan poco tiempo ya hemos visto cosas que han ido cambiando y mejorando, y eso que aquella primera vez nos dejaron fascinados, pero ya sabemos que como en todo en la vida nunca hay que conformarse y pensar que no se puede seguir evolucionando o creciendo. Ellos lo saben y por eso cada día se exigen mas y mas a si mismos, cambiando platos constantemente para no dejar de sorprendernos a todos.
Acabamos por hoy, esperamos volver a veros pronto, un saludo a tod@s!!!!